Mientras “se cargan” a Julio De Vido,
es lícito hacerse algunas preguntas sensatas. ¿De qué modo llegan a coincidir
un grupo mediático hegemónico, una serie de fiscales y jueces, y un grupo
variopinto de legisladores que cubre todo el arco político, con excepción del
Kirchnerismo. ¿Qué elementos tiene el Poder para encanar a un ex funcionario,
que además es diputado y que ni siquiera tuvo un juicio?
La respuesta está en el libro “Papel
Prensa, el Grupo de Tareas”, de Víctor Hugo Morales. Allí Morales rescata el
testimonio que José Pirillo (ex dueño de La Razón) brindara en el Juzgado
Nacional en lo Penal Económico Nº 4 en octubre de 2010. En su declaración,
habla de un “departamento secreto de inteligencia que funcionaba en Papel
Prensa” y, ante la pregunta del juez Martín Castellanos, Pirillo se explaya:
“Dicho departamento no sólo funcionaba en
Papel Prensa, sino que lo hacía en los tres diarios (aclaremos: Clarín, La
Nación y La Razón). Se encargaban de reunir información sobre gastos que
efectuaban jueces, fiscales, funcionarios públicos a través de tarjetas de
crédito. A modo de ejemplo, se recibía información del Banco Central sobre el
consumo de un determinado juez, y esos datos se contrastaban con las tarjetas
de crédito para verificar el consumo del grupo familiar de aquel. La empresa
investigaba lo gastos del funcionario y de su núcleo familiar y cuando excedían
a los ingresos en blanco que recibían, se emitía un anónimo a dicho
funcionario.
A los pocos días, desde alguno de los
tres diarios, se le hacía saber a dicho juez que se había recibido un anónimo y
que necesitaban una entrevista personal para confirmar tal información, ello
con el objeto de publicarla o no. Jamás se publicaba esa información porque se
acordaba con el funcionario investigado, quien quedaba en deuda con el diario
por el favor que se le hacía al no publicar lo que ese medio sabía. Los tres
diarios recibían copias de dicha información, siendo la misma depositada en sus
respectivos diarios, para ser utilizada en el momento que resultase necesario.
En Papel Prensa el departamento de
inteligencia funcionaba en el piso sexto o séptimo, aclarando que tal inmueble
no figuraba a nombre de la compañía y se mantenía en secreto el propietario del
mismo”.
Víctor Hugo agrega que este espionaje
fue potenciado luego por la sociedad entre Clarín y Techint, quienes juntas
controlan Impripost, la empresa que se encarga de los resúmenes de las tarjetas
de crédito de todo el país. Y también menciona que “José Pirillo falleció en
Río Gallegos a causa de una severa intoxicación que no pudo ser controlada”, y
apenas dos meses después de declarar ante Castellanos.
Si usted se pregunta por qué tantos
defeccionan, consumen “sanguchitos, cambian de discurso o simplemente son
dóciles, relea este relato y piense qué gran peli no están filmando nuestros
cineastas.
Por
Carlos Semorile.
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