martes, 12 de septiembre de 2017

Lo que no fluye…



“A través de la ciudad” recopila las notas que Raúl Scalabrini Ortiz escribiera para La Nación entre 1928 y 1930, cuyo contenido está dedicado a cuestiones de índole municipal de la ciudad de Buenos Aires: baches, impuestos excesivos, servicios mal prestados, baldíos donde pululan las ratas, cuadras “tomadas” por barras de muchachotes insolentes, empresas que incumplen normas, inspectores coimeros, obras inconclusas, inundaciones, falta de alumbrado público, etc.

Es una oportunidad para quienes deseen conocer la ciudad de hace casi un siglo, y puede ser leído en una línea de continuidad respecto de la “Crónica y diario de Buenos Aires”, en la que Alberto Mario Salas recrea la aldea colonial de Santa María, ya aquejada de muchos de esos mismos problemas que un siglo más tarde retomará Scalabrini.

Pero, sobre todo, es una excelente ocasión para conocer al Scalabrini anterior a su etapa de lúcido ensayista del Pensamiento Nacional. Del primero al segundo hay una distancia considerable, y es lícito imaginar el arduo trabajo que Scalabrini fue haciendo consigo mismo para despojarse de ideas que obstaculizaban su comprensión del país y de las fuerzas que imposibilitan su emancipación. Como él mismo dijera: “El que no lucha se estanca, como el agua. El que se estanca, se pudre”.   

No es fácil acceder a las sencillas verdades que nos brindan los pensadores nacionales y populares, y no lo es por la simple razón de que todo está dispuesto para que no encontremos nunca los tesoros del Pensamiento Nacional. Pero aún hallando el escondido cofre de las generosas y patrióticas reflexiones de nuestros pensadores, todavía hay que despojarse del “autodesagrado argentino”. Y hacerlo cada día…

Por Carlos Semorile.

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