Ir a ver de nuevo “Terrenal”, volver a
encontrar la fraternidad en disputa de los dos formidables Claudios (Da Passano
y Martínez Bel), hallar en falta la contundente presencia física de Claudio
Rissi, pero admitir a cambio que Rafael Bruzza nos brinda un Tatita también
excepcional y pródigo en elocuencia. Purgar, en fin, por el terror y la piedad
las muchas emociones de un presente ominoso, gracias a una dramaturgia luminosa
y a un festín teatral impar, único, del carajo.
Y escuchar mejor un texto que estremece
los cimientos del mundo del Capital y entender, en las palabras de Abel a Caín,
el origen de nuestros males: “No sé cómo lo hiciste, pero sé que fuiste vos.
Fue tu odio”.
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