miércoles, 5 de julio de 2017

La rea danesa



En los años finales del menemato, tuve la fortuna de conocer a un académico finlandés que hacía tiempo vivía en Buenos Aires y que ya era un porteño más. Contaba cosas fabulosas de los sistemas de salud, educativo y de seguridad social de Finlandia, pero también advertía que todo eso estaba en peligro porque el neoliberalismo también había desembarcado en aquellas lejanas costas. Viéndolo con ojos argentinos, parecía que el finlandés exageraba. Pero él hablaba con verdadera angustia del futuro de sus hermanas ya jubiladas, y de la incertidumbre que acechaba a su madre, cada vez más desatendida en el plano de la salud y con crecientes dificultades para mantener su vivienda.

El amigo finlandés era un exquisito lector de la realidad social latinoamericana, y de la Argentina en particular. Mantenía buenos vínculos con el mundo gremial del ámbito de la educación (su profesión), y cultivaba una mirada amistosa hacia el mundo nacional/popular en todos sus sentidos, desde el tango al peronismo. Ayudaba, desde luego, que en su tierra natal el tango se hubiese adoptado tempranamente y que inclusive tengan sus propias letras en finés. Pero, por otra parte, el finlandés era un marxista de los que habían leído “El Capital” y, con mucho orgullo, contaba que la Declaración de Independencia de Finlandia está rubricada por Lenin. El finlandés era –casi- un “montonero”.

Me acordé del educador finlandés viendo la serie “Rita”, pero sobre todo leyendo las críticas que andan dando vueltas por la red. Muchos de esos comentarios hacen hincapié en las siderales distancias entre el sistema educativo danés y el de otros países, pero parecen no haber visto que también a ellos los alcanzan los “recortes”, los “ajustes” y todos los demás eufemismos que se usan para justificar la degradación de la educación pública (con inclusión social) y para volver “inevitable” el traspaso de alumnos a la educación privada. La gran contendiente de la maestra Rita Madsen es una alcadesa que no tiene nada que envidiarle al Hada Buena, y es contra su sistema de exclusión -y privatización encubierta- que da sus mejores batallas.  

En todo lo demás, podemos estar de acuerdo: Rita es irreverente, “políticamente incorrecta”, y todo lo que quieran. Pero, fundamentalmente, Rita es una rea. Podría ser una chica nacida y criada en Parque Patricios: cálida, traviesa, provocadora, frontal, inteligente, vulnerable, madraza, buena amiga, generosa, leal y solidaria. Además, le gusta dar abrazos y ayudar a los menos favorecidos. Como el cuate finlandés, Rita podría ser una “compañera danesa”.

Por Carlos Semorile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario