La Alianza de experimentación social llamada
Cambiemos enfiló sus cañones contra la industria cinematográfica nacional.
Tienen varios motivos para hacerlo: porque –después muchos años y esfuerzos- volvió
a ser una industria; porque es nacional; y porque, en tanto imagen
cinematográfica, es un espejo. Eso es el cine, un espejo que en el mejor de los
casos devuelve identidad al pueblo que sostiene esa industria nacional sin
chimeneas. Y el GT-PRO aborrece la mera idea de que seamos una comunidad capaz
de reconocerse en un espejo digno que refleje una identidad soberana y libre.
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